jueves, 20 de agosto de 2009

Yo y Eva Bracamonte Fefer

Yo y Eva Bracamonte Fefer
Dos parricidas con diferentes historias

Hola a todos queridos seguidores y no tan seguidores en estos últimos días han habido mucha gente que en los comentarios me ha dado con palo, también uno que otro pajerito simpático y otro pajerazo que ya es un cazo perdido. Ustedes saquen sus conclusiones pero agradecería a esa gente que por lo menos en vez de meterse en mi blog se forma anónima por lo menos se registraran como seguidores antes de dejar sus comentarios. Sería mucho más cortes. Actualmente poco a poco me he ido desbloqueando a través del llanto, no hace mucho vi a mi hermano de lejos en la calle y cuando traté de acercarme este solo me miró de una forma indiferente y fría y se alejó. En ese momento algo extraño ocurrió, durante mucho de este tiempo en el cual escribí este blog no podía sentir nada y el dolor y el sufrimiento que experimentaba por haber mandado al infierno a la infeliz de mi vieja era sublimado a través de este blog. Era un trauma y o sigue siendo haber hecho lo que hice pero hace pocos días cuando vi a mi hermano volví a sentir y al notar su indiferencia algo en mi se quebró, regrese a mi casa y lloré. Lloré hasta más no poder casi toda la noche encerrada en mi cuarto y sentí una soledad y el dolor de todo lo que pasó. Aunque mi papá trató de consolarme le pedí que me dejara sola, de todas maneras a pesar de su buena intención no iba a poder hacerlo. Ese día me dí cuenta que en mi interior algo se había estancado, me sentí como una cloaca llena de aguas servidas que estaban estancadas debido a un atoro y no podían salir y cuando sentí el dolor por primera vez en mucho tiempo, al salir las lagrimas la cloaca se destapó y al salir toda el agua servida pude volver a sentir y sentí más de lo que sentí desde que cometí el parricidio hasta que fui liberada gracias a mi papá. Sentí en mí el dolor que le infligí a mi mamá a pesar de que se lo hubiera merecido y el dolor que con mis acciones le infligí a todos los involucrados, el dolor de mi papá y el dolor de mi hermano principalmente, mi dolor también y el dolor de aquellos que fueron familiares de mi mamá y también míos, sentí el dolor de toda esa familia que perdí y que casi pierdo y el mío también, el dolor de haber arruinado y trastornado mi vida. Y fue bueno el llorar por que si no lo hubiera sido hubiera muerto, puedo decirse que de no ser por el llanto esa misma noche hubiera estado al borde del suicidio. Esa noche fue cuando los sentimientos principalmente el dolor, la soledad y el sufrimiento volvieron a lastimarme y hacerme daño. Y recordé con dolor como yo fui una chica normal, una más del montón, una chica que andaba derecha por la vida que en un momento de desesperación o no se de que trastorné mi vida y la arruiné. Al día siguiente caminaba con mi papá y vi a una chica estudiante que comía anticuchos con sus amigas en un puesto ambulante y pensé, hace buen tiempo yo era una chica como ella, una chica normal, estudiante, universitaria y me pregunté como es que pude arruinar en unos segundos mi vida. Afortunadamente gracias a mi papá y su ayuda pude superar gran parte de los obstáculos, riesgos y peligros en los que estuve y ahora lucho por reconstruir poco a poco la vida que yo misma arruiné y que es muy posible que no pueda arreglar. Estoy mellada por el homicidio de mi mamá y tendré que vivir con eso el resto de mi vida y me doy cuenta de que es una pesada carga, una carga que no puedo evitar pero que tengo que sobrellevar, una carga que se traduce en la perdida de mi familia, varios amigos, mi hermano y demás. Y todo estuvo monótono y sin vida hasta este jueves 20 de agosto en que vi que el señor Beto Ortiz me comparó con Eva Bracamonte Fefer, hija de la ya desaparecida Miriam Fefer en uno de los reportajes emitidos en su programa. Para empezar aunque no juzgo a Eva Bracamonte Fefer y no afirmó que ella sea la autora de un crimen aún más horrendo que el mío, lo cierto es que según las pericias policial todo apunta a ella. Por otro lado mi caso y el de ella son distintos. No voy a juzgarla ni a condenarla por que no soy quien para hacerlo ni estoy en posición de hacerlo pero hay mucha diferencia entre nuestras historias. Algunos psiquiatras me han catalogado como una psicópata violenta y pasional y puede que desgraciadamente sea cierto pues yo destaje a mi mamá en un arranque de cólera ocurrido en una pelea entre madre e hija provocada por mi mamá. Eva Bracamonte Fefer le abrió la puerta al asesino de su madre, un psicópata peor que yo y que ella misma contrató, pagó y defiende.
Yo actué pasionalmente y sin premeditación y sin nada que ganar del hecho y la muerte de mi mamá me trastornó. Eva Bracamonte según lo que creé la policía actúo premeditamente, teniendo como motivación principal el dinero, una motivación que hace que en la mayoría de los casos la gente mate. Y después de haber hecho lo que hizo sigue bien suelta de huesos.
No se ustedes pero aunque no juzgo ni condeno a Eva Bracamonte espero que de ella ser la asesina de su madre, yo no sea peor que ella. Al parecer todo indicaría que ella asesinó a su madre mandándola a matar; pero aunque ella y yo hallamos matado a nuestras madres ya sea por un motivo u otro espero yo no ser peor que ella. Ustedes saquen sus conclusiones.